Regulación y normativas en la comercialización de la miel
La comercialización de la miel está estrictamente regulada por la Norma de Calidad para la miel destinada al mercado interior. Para garantizar la seguridad y calidad del producto, la miel se comercializa únicamente en envases sellados, generalmente en recipientes de vidrio, plástico no poroso o cartón parafinado. Según el Código Alimentario, está prohibida la venta fraccionada de la miel o su venta sin envasar, lo que asegura que cada envase conserve sus propiedades intactas hasta el momento del consumo.
Los envases deben cumplir con las normas de etiquetado específicas y deben incluir información detallada como:
- Denominación del producto, con la referencia al origen floral de la miel. Es importante destacar que la legislación prohíbe usar adjetivos calificativos como “pura”, “de abeja” o “natural”, ya que todas las mieles comercializadas deben cumplir con estos estándares de pureza.
- Uso dietético: El etiquetado no puede hacer referencia a propiedades terapéuticas o curativas de la miel, pero sí se puede mencionar si el producto cumple con las condiciones estipuladas en la Reglamentación Técnico-Sanitaria para productos dietéticos.
- Contenido neto en gramos o kilogramos, la fecha de consumo preferente y la identificación del número de registro sanitario de la empresa envasadora.
Variedades y características únicas
Existen diferentes tipos de miel, cada uno con sus características y propiedades específicas, adaptadas a los gustos y necesidades de los consumidores. A continuación, se describen algunas de las variedades más conocidas:
- Miel con trozos de panal: Esta miel contiene pequeños trozos de panal exentos de larvas. Se considera una de las formas más naturales de disfrutar de la miel, ya que mantiene la textura crujiente del panal junto con la dulzura de la miel.
- Miel cruda: Es la miel que se extrae directamente de los panales sin ningún tipo de tratamiento, es decir, no ha sido pasteurizada. Esta miel puede presentarse en forma líquida o sólida, dependiendo de su proceso de cristalización, y conserva todos sus nutrientes naturales.
- Miel pasteurizada: A diferencia de la miel cruda, la miel pasteurizada ha sido sometida a un proceso de calentamiento para evitar la fermentación y la cristalización prematura. Esto la mantiene líquida y fácil de verter, aunque puede perder algunas de sus propiedades naturales durante el proceso.
- Miel cremosa: Esta miel natural pasa por un proceso controlado de cristalización que le da una textura fina y homogénea, sin ser demasiado espesa ni demasiado líquida. Se considera ideal para quienes prefieren una miel fácil de untar y de sabor suave.
Normas de calidad y prohibiciones en la miel comercializada
Es fundamental que los consumidores estén informados sobre las estrictas prohibiciones en la comercialización de la miel para asegurar su calidad y autenticidad. En este sentido, está expresamente prohibida:
- La adición de sustancias que busquen aumentar el peso de la miel, lo que garantiza que el producto no sea adulterado.
- La venta de productos análogos que no sean miel auténtica, evitando engaños al consumidor.
- El uso de aditivos, lo que asegura que la miel que llega al mercado es lo más natural posible, sin adiciones químicas o artificiales.